Praga de Oro
Praga es la capital y la ciudad más grande de la República Checa. Está situada en el centro de Bohemia.
Desde hace más de 1000 aňos es la capital de Bohemia y sede de sus príncipes, reyes, imperadores y, a partir de 1918, también de los presidentes. A pesar de su historia turbulenta, en Praga se han conservado monumentos de todas sus etapas históricas y de todos los estilos artísticos.
Entre sus monumentos más importantes cabe mencionar el Castillo de Praga, los palacios de Malá Strana, el Puente de Carlos, la Universidad Carolina que es la más antigua de Europa Central (fue fundada en 1348), el Teatro Nacional, el Museo Nacional, la parte judía y muchos otros. En Praga hay muchas iglesias y sinagogas históricas, museos interesantes, etc.
En Praga vivieron siempre artistas y escritores que influyeron en el desarrollo cultura del país. Los más conocidos en el mundo son Alfons Mucha (quien vivió más tarde en París), Karel Čapek, Franz Kafka y Milan Kundera. Durante mucho tiempo coexistían en Praga las culturas checa, alemana y judía.
Una de las cosas que nos une a Espaňa es el Niňo Jesús de Praga. Formó parte de la dote de la condesa Manrique de Lara que se caso con un aristocrata checo. Cuando su hija quedó viuda, regaló toda su propiedad a las monjas carmelitas de Malá Strana y, así, el Niňo Jesús se quedó en Praga. A Praga vienen muchos turistas y la mayoría de ellos van a la iglesia donde el Nino está para ver la pequena estatuíta de cera que está rodeada de muchas leyendas.
Durante varios siglos era también muy de moda la aristocracia checa casarse con la aristocracia espaňola. Hasta el siglo XVII, el espaňol era una de las lenguas ofíciales que se hablaban en la corte de los reyes checos.
La vida en Praga es, en algunos aspectos, más fácil que en otras partes del país porque en Praga hay muchos teatros, cines y otros tipos de espectaculos para el tiempo de ocio. Pero, desde otro punto de vista, la vida es un poco difícil, porque los precios son a menudo superiores que en otras partes.
Los transportes públicos no funcionan muy bien porque en Praga hay muchos automóviles y las calles históricas son demasiado estrechas para tanto transporte. Sin embargo, podemos decir que hay países en que casi no existe el transporte público. Desde este punto de vista, la situación en Praga es mejor.